De niño soñaba con ser futbolista, pero, como a muchos de nosotros, los prejuicios me frenaron. Recién después de los 40 pude empezar a aprender lo básico, gracias a un equipo trans que me aceptó y me alentó. Unirse a un equipo de fútbol trans es algo más que jugar: es una lucha por la inclusión y un refugio para las personas trans y no binarias que a menudo son marginadas en otros lugares.
Nuestra presencia y visibilidad desafían los estereotipos y promueven la diversidad, inspirando a otros a unirse a la lucha por la inclusión. Al combinar la pasión del fútbol con la búsqueda de la igualdad, los equipos trans desempeñan un papel vital en la transformación social. En un país donde cada día matan personas por su identidad de género, estamos demostrando que el deporte puede ser un entorno seguro.
Omari
Trans United, Río de Janeiro, Brasil