Unirme a Hotlanta me ayudó a recuperar el fútbol como espacio donde cultivar y experimentar alegría queer. Me enamoré del fútbol la primera vez que me uní a una liga juvenil. La destreza, la precisión y la competitividad necesarias para ganar hicieron que los partidos y entrenamientos se convirtieran rápidamente en mis momentos favoritos de la semana. Eso cambió cuando me sumé al equipo de mi secundaria. De pronto, sentí que el fútbol no encajaba con mi identidad. Muchos de mis compañeros eran abiertamente homofóbicos y dejé de ser yo misme en los entrenamientos. Me enojé con el deporte y dejé de jugar. Años después, me di cuenta de que lo extrañaba. Me uní a Hotlanta poco después de mudarme a Atlanta, y descubrí que no tenía que sacrificar mi identidad para jugar. Mi identidad trans no binaria atrevida y pícara encajaba perfecto con la persona feroz que era en la cancha. Siempre habían sido complementarios, y no opuestos.
Cam Love
Hotlanta, Atlanta, Estados Unidos