Para mí, el orgullo es el coraje que nos da la comunidad. El deporte sigue siendo un espacio donde la homofobia parece aceptable. En la universidad, tuve compañeros que me hacían chistes sobre gays en los entrenamientos, compañeros que proponían hacer de cuenta que los contrincantes eran gays para golpearlos más fuerte y compañeros que usaban insultos homofóbicos en el chat del grupo. En el equipo había una sola persona con la que sabía que podía contar, y eso era lo único que necesitaba. Su apoyo fue lo que me dio la confianza para salir del clóset y resistir si todo el resto se ponía en contra de mí. Que haya otros acompañándote te da valor. Puede ser la marcha del Orgullo o apenas un amigo que esté de tu lado: saber que no estás solo cambia todo.

James

Muddy York RFC, Toronto, Canadá