«Una ambición a la altura de la canasta.»
«Reconocido basquetbolista argentino y alero de Boca Juniors, Sebastián Vega se destaca como uno de los jugadores más experimentados y admirados de la liga argentina. Con una carrera amplia que abarca varios equipos tanto en el país como en el extranjero, se ha comprometido con la lucha por la igualdad y la visibilidad de la diversidad sexual en el deporte, siendo en 2020 el primer jugador de básquet en hacer pública su orientación sexual. Hoy, para Sport Friendly, Sebastián nos comparte su trayectoria, desafíos y aspiraciones.»
En una entrevista para el reconocido medio argentino Infobae, comentaste sobre un episodio familiar relacionado con tu salida del clóset. ¿Piensas que la generación de nuestros padres y abuelos, con sus prejuicios y su visión de la masculinidad, está completamente cerrada a cambiar, o crees que hay oportunidades para educar y desafiar sus perspectivas?
Para mí, la palabra clave es «evolucionar». La vida es un cambio constante y mi propio proceso para salir del clóset fue difícil, especialmente con mi padre, que tenía una mentalidad muy rígida sobre la sexualidad. Al principio, siempre discutíamos, y él no entendía ni aceptaba que su único hijo varón fuera gay. Cuando le conté y le presenté a mi pareja, su proceso de aceptación apenas comenzaba. Lloró, se desmayó y cuestionó cómo podría seguir en el básquet siendo gay, temiendo las reacciones en el mundo deportivo. Sin embargo, a lo largo de años de diálogo, paciencia y apertura de mi parte, fue cambiando. Le dije que deseaba que me acompañara en este camino y que su apoyo sería importante para mí, aunque mi felicidad no dependiera de su aceptación. Finalmente, decidió acompañarme, incluso cuando hice pública mi orientación sexual en Instagram.
¿Cómo te hace sentir poder enseñarle algo a tu padre, invirtiendo el rol tradicional en el que suele ser el padre quien enseña al hijo?
Hablar de mi padre me emociona… [Se detiene] Porque ambos hemos aprendido juntos y eso hizo que nuestro vínculo sea hoy tan hermoso. Yo creía que las personas mayores no podían cambiar, pero él, a sus 70 años, me demostró lo contrario. Hubo un momento muy especial que nunca olvidaré. Antes de hacer pública mi orientación sexual, mi padre fue a ver una carrera de caballos, un ambiente bastante machista. Un hombre, que estaba borracho, se le acercó y le advirtió: “Tengo que decírtelo, en el club se dice que tu hijo es puto [maricón]”. Mi padre, sin perder la calma y con mucha dignidad, le respondió: “Mi hijo no es puto, mi hijo es gay, y estoy muy orgulloso de él”. Cuando me contó esto, lloré de emoción. En ese momento supe que él había entendido todo, que había cambiado por completo, y le dije que estaba orgulloso de él. Estas experiencias nos educan a los dos y tienen un efecto en los demás. Mi padre, al contar su verdad con orgullo, hizo que aquel hombre tal vez cambiara algo en su manera de pensar. Creo que visibilizar nuestras historias puede hacer que, poco a poco, otros también evolucionen.
“Estamos en una generación bisagra.”

Años después, en 2022, durante un partido en Santiago del Estero, te insultaron desde las tribunas con gritos de “puto de mierda”. ¿Crees que la violencia en el deporte se combate mejor con educación o confrontación?
Es un tema profundo. En esa ocasión, la respuesta fue inmediata y correcta: el árbitro informó a la mesa de control, ellos avisaron a seguridad y no se reanudó el partido hasta que sacaron a la persona de las tribunas. Fue un mensaje claro de que esos insultos ya no se toleran. Algo similar ocurrió en un partido de Boca Juniors, donde se detuvo el juego por cánticos ofensivos hacia un jugador. Esto muestra que los clubes deben empezar a visibilizar y educar en vez de normalizar estas conductas como parte del «folclore». Para algunos, estos insultos son solo una estrategia para desconcentrarnos, pero ya es hora de avanzar. Es fundamental visibilizar, educar y dar pasos firmes hacia un cambio real. Aunque no se logrará de un día para otro, necesitamos empezar a construir un ambiente donde este tipo de violencia no tenga lugar. Y ahí es donde los jugadores también tenemos un rol: ¡denunciar la discriminación y plantar cara! ¡No podemos permitir que se escuche ni una sola palabra de odio!
¿Y en el vestuario, sentiste alguna presión antes y después de revelar tu orientación a tus compañeros?
Recuerdo un momento en particular: tenía unos 25 años, aún tratando de entender mi orientación, cuando en un viaje en colectivo surgió un debate sobre cómo saber si alguien es gay. Un integrante del equipo dijo que, si tuviese un compañero gay, no se bañaría en el mismo vestuario. En ese momento, yo intentaba aceptar quién era, pero comentarios así me hacían sentir que no podía ser libre. Hoy, haber logrado unir ambas partes de mí —el hombre gay y el jugador de básquet— me da una enorme tranquilidad. Era como si antes hubiera dos versiones de mí: Sebastián, que quería vivir su orientación libremente, y Vega, el basquetbolista estructurado que debía cumplir expectativas. Unificar esas facetas me permitió finalmente sentirme pleno y en paz, enfrentando los prejuicios que antes me afectaban tanto.
¿Qué le dirías hoy a ese compañero que hizo ese comentario?
Hoy, con más confianza y herramientas, le respondería que eso es un tema suyo, no mío. Le diría que yo me baño como cualquier otro, sin faltar al respeto, y que su incomodidad es su problema. Me tomó tiempo, pero aprendí a separar lo que es mío de lo que es suyo, y ahora puedo decirle que se haga cargo de sus propios prejuicios.
¿Te cansa ser conocido como el primer jugador de básquet abiertamente gay en Argentina y hablar de tu orientación sexual en los medios?
A veces puede ser agotador… Poner el cuerpo para ser referente implica mucha energía, pero creo que es necesario. Al visibilizarme, sé que puedo estar ayudando a personas en lugares lejanos o en contextos difíciles, donde todavía se condenan sus elecciones. Yo hoy tengo derechos ganados gracias a gente que en el pasado puso el cuerpo e incluso dio la vida. No me parecería justo quedarme callado y no asumir el rol si puedo hacer que otros la pasen un poco mejor. En su momento, sentía que al no hablar era cómplice de un ambiente machista que no compartía. Cuando finalmente decidí hacerlo público, fue un acto de coraje, pero valió la pena. Creo que debemos seguir luchando, no solo por nuestros derechos, sino también por los del colectivo trans y otras minorías. Además, cada vez más gente, incluso quienes no pertenecen al colectivo, entiende que debemos unirnos en esta lucha para que las próximas generaciones, como mis sobrinos, puedan ser ellos mismos sin limitaciones en el deporte.
¡No podemos permitir que se escuche ni una sola palabra de odio!
Hablaste de luchas pasadas. ¿Crees que hoy es necesario volver a visibilizar lo que ya pasó?
Yo creo que es fundamental recordar nuestra historia y entender de dónde venimos. A mí me costó comprender por qué existía el orgullo hasta que leí una entrevista que explicaba que fuimos ‘criados para la vergüenza’. Eso me hizo reflexionar sobre por qué sentía vergüenza de quien era. Con el tiempo, el apoyo de amigos del colectivo y el proceso de aceptación, pude sentirme realmente orgulloso de ser quien soy. Antes, en la televisión, el personaje gay era siempre el estereotipo débil y eso nos hacía creer que no podíamos aspirar a nada. Pero ahora es diferente: puedo decir que soy gay, soy deportista profesional y estoy orgulloso. Creo que visibilizar esta historia sigue siendo necesario, porque, aunque hemos ganado derechos, aún falta. Estamos en una generación bisagra que abrió las puertas para hablar de todo esto y educar, dejando un camino para que las futuras generaciones continúen la lucha y sigan avanzando.
Has jugado en varios equipos, tanto en el extranjero como en Argentina, y ahora estás en Boca Juniors, uno de los clubes más importantes del mundo. ¿Qué le dirías al Sebastián de 5 años, que recién empezaba en el básquet, al ver todo lo que has logrado y el camino recorrido?
Le diría que esté orgulloso de quien es y que confíe en el tiempo, aunque a veces sea difícil. [Se detiene.] Pasarás por momentos complicados… entre aceptar tu sexualidad y superar las dificultades económicas de tu familia, pero el deporte transformará tu vida. Te permitirá trabajar en lo que amas, estudiar, viajar y vivir experiencias que nunca habrías imaginado. Además, siempre tendrás personas a tu lado, personas cercanas —tu pareja, tus amigos, tu familia— que te darán el impulso necesario cuando sientas que no puedes más. La vida de deportista será a veces solitaria, pero rodearte de personas que te apoyan marcará toda la diferencia. Todo lo que vivas valdrá la pena, y esas personas siempre estarán ahí para recordártelo. Eso es lo que me gustaría decirle.
Quiz Sebastián Vega
¿Qué deportista ha inspirado más tu carrera?
Roger Federer
¿Qué estilo de juego prefieres adoptar en la cancha?
Juego colectivo
¿Cuál ha sido el momento más significativo de tu carrera hasta ahora?
Mi último campeonato
¿Fuera del basquetbol, qué te apasiona?
Salir a tomar café con mis amigos y aprender cosas nuevas